Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Sam Altman, CEO de OpenAI, alerta sobre el vacío legal que deja a usuarios de ChatGPT expuestos tras usar la IA para compartir información sensible. Un riesgo mayúsculo ignorado hasta ahora.

El pasado 23 de julio, durante el podcast "This Past Weekend w/ Theo Von", Sam Altman, CEO de OpenAI, lanzó una bomba: usar ChatGPT para desahogos personales o confidencias íntimas conlleva un riesgo legal inmenso, ya que no existe protección legal para esta información. Sus declaraciones han desatado un acalorado debate sobre la regulación de la IA.

La entrevista, grabada en las oficinas de OpenAI en San Francisco, abordó las implicaciones éticas y legales del uso cada vez más extendido de ChatGPT como herramienta para la expresión emocional. Altman, en conversación con el comediante Theo Von, se mostró preocupado por la creciente confianza de usuarios en la IA para asuntos íntimos. Millones de personas se confían a la herramienta, buscando consuelo y consejo, sin ser conscientes del vacío legal que les expone.

Altman enfatizó la ausencia de un marco legal que proteja la confidencialidad de las conversaciones con ChatGPT, a diferencia de las conversaciones con profesionales como abogados o terapeutas. "No hay ley que proteja lo que compartes con un chatbot”, afirmó. Esta advertencia ha puesto el foco en la necesidad urgente de una legislación específica que proteja la privacidad en este nuevo contexto tecnológico.

La conversación destapó un problema latente en el auge de la IA conversacional. La accesibilidad y eficiencia de herramientas como ChatGPT las hacen atractivas para desahogos personales. Sin embargo, la falta de regulación deja a los usuarios expuestos a potenciales filtraciones o usos indebidos de su información más sensible, revelando una brecha entre la tecnología y su marco legal. La falta de regulación podría desencadenar litigios y controversias en el futuro, obligando a desarrollar marcos legales que equilibren la innovación tecnológica con la protección de los derechos fundamentales de los usuarios. La advertencia de Altman sirve como llamada de atención para legisladores y desarrolladores de IA por igual.