Por: Miguel Angel Trujillo

Colosal lanzamiento naval en Colombia: Cotecmar bota el primer buque hospital y la patrullera más grande del país, reforzando la salud y seguridad marítima.

En un evento sin precedentes para la historia naval colombiana, los astilleros de Cotecmar protagonizaron un lanzamiento espectacular: el buque hospital Benkos Biohó, una maravilla flotante destinada a llevar atención médica de primer nivel a las comunidades del Pacífico colombiano; y la imponente patrullera oceánica ARC 24 de Julio, la embarcación de mayor tamaño jamás construida en el país, encargada de robustecer la seguridad marítima nacional. Este avance tecnológico representa un salto cualitativo en la capacidad del país para atender las necesidades de sus ciudadanos en zonas de difícil acceso y para proteger sus vastas costas.

La ceremonia, presidida por el mismísimo presidente Gustavo Petro, estuvo repleta de entusiasmo. Petro destacó la importancia de este logro para la soberanía nacional y la equidad en la prestación de servicios de salud. Se escucharon vítores y aplausos a medida que las embarcaciones, símbolo de progreso y tecnología colombiana, eran presentadas al público. Además de los buques principales, se entregaron cuatro botes fluviales y el Bote Insular Isla San Andrés, ampliando aún más el alcance de las operaciones de la Armada.

La botadura se llevó a cabo con una precisión milimétrica, siguiendo un riguroso plan de ingeniería. Cotecmar, la Corporación de Ciencia y Tecnología del Sector Naval, demostró una vez más su capacidad para desarrollar tecnología de punta, capaz de competir en el mercado internacional. El evento fue transmitido en vivo por varios medios, atrayendo la atención de espectadores de todo el mundo, cautivados por la magnitud del logro.

Este acontecimiento marca un antes y un después para Colombia. El Benkos Biohó ofrecerá atención médica a más de 100.000 habitantes del Pacífico, mientras que la ARC 24 de Julio fortalecerá la capacidad de la Armada para combatir el crimen organizado y proteger los recursos marinos. Las consecuencias positivas son inmensas, proyectando a Colombia como una potencia naval en la región y acentuando su liderazgo en la innovación tecnológica en el sector marítimo.