viernes, 31 octubre 2025
Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera
Una antigua fiesta celta de hace 2 mil años, marcada por espíritus y cosechas, se metamorfoseó en la icónica celebración global de Halloween, tras siglos de fusiones culturales y adaptaciones religiosas. Este viaje fascinante de una tradición ancestral demuestra la resiliencia y maleabilidad de las costumbres humanas frente al cambio histórico y la globalización.
Hace más de 2.000 años, en las verdes tierras de Irlanda, Escocia y el norte de Francia, los celtas inauguraron el festival de Samhain. Esta ancestral celebración marcaba el fin de la cosecha, el inicio del crudo invierno y la creencia de que los velos entre mundos se desvanecían. Se encendían hogueras rituales y se usaban disfraces para confundir a los espíritus que, se decía, regresaban a la Tierra en esta crucial fecha.
Siglos después, alrededor del VIII d.C., la Iglesia católica intervino para cristianizar estas prácticas paganas en expansión por Europa occidental. Los Papas Gregorio III y IV designaron el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos (All Hallows’ Day), transformando la víspera, el 31 de octubre, en "All Hallows’ Eve", el embrión de nuestro actual Halloween. Esta adaptación buscaba integrar las festividades dentro del calendario cristiano, adoptándose en Inglaterra y el resto del continente.
La tradición cruzó el Atlántico en el siglo XIX, llevada por oleadas de inmigrantes irlandeses y escoceses que se asentaron en Estados Unidos. Ellos trajeron consigo costumbres como el "souling", donde se pedían "pasteles del alma" a cambio de oraciones, y la leyenda de Jack O’Lantern, que inspiró las icónicas calabazas talladas. En el crisol cultural americano, estas prácticas se fusionaron con otras influencias, incluyendo creencias afrocaribeñas y vudú, dando forma a una celebración única.
Fue en el siglo XX cuando Halloween detonó como un fenómeno cultural masivo y comercial. La industria del entretenimiento y los medios de comunicación catapultaron el "dulce o truco", los disfraces y las decoraciones a la fama global, despojándola en gran medida de sus raíces más sombrías. Hoy, el 31 de octubre es una amalgama de mitos celtas, devoción cristiana y mercantilismo moderno, celebrada en casi cada rincón del planeta con un espíritu de fiesta y misterio.
© Dime Media S.A.S. Todos los derechos reservados || Sharrys Tech